sábado, marzo 12, 2005

Ni todos los libros del mundo

Hay días que me levanto como se levantó el primer Adán, ofuscado en ponerle nombres a las cosas y encasillarlas.
Otros soy como Arquimedes, y una espada romana me saca de mis cavilaciones; y, a punto de descubrir el concepto me despierto ensangrentado.
A veces, solo a veces, me siento un glorioso Leónidas con sus trecientos espartanos esperando en el estrecho de las Termópilas con estoicismo heleno al poderío persa.
Y otras tardes se asemejan a la tarde en que Socrates bebió la cicuta con resignación.
Hay dias que siento, como alejandro, que lo que busco estará al otro lado de aquel rio; y hay dias que entiendo que son otros ríos los que nos separan.
A veces, torturado y hediondo, cuelgo de una cruz; y tambien soy Judas contando que los dineros sean treinta.
Soy Salomé pidiendo la cabeza de Juan el Bautista, y a la vez un Herodes condecendiendo gustoso al infinito capricho femenino.
Soy un rey britano, traicionado por su mujer y su amigo.
Soy un escriba duplicando a Aristóteles en un gris monasterio. Un villano de Salamanca, un pirata de las Azores.
Y son pocos los dias que me siento derrotado como napoleón en waterloo, otros soy esa aldea austríaca sin saber que le estoy dando alguna cifra a la posteridad.
A veces pienso que ni todos los libros del mundo pueden abarcarnos, otras veces estoy seguro que bastaría solamente (como dice Borges) pronunciar las secretas letras de nuestros nombres.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

lo hemos leido con gusto y se nos ocurrìa que deberìa llamarse "LUGARES COMUNES" o algo asì, porque a todos nos pasa lo mismo en la vida, y es bueno saber que uno no es un bicho por eso.

Anónimo dijo...

volve a subir la conciencia de la union delincuente.