Hay días que me levanto como se levantó el primer Adán, ofuscado en ponerle nombres a las cosas y encasillarlas.
Otros soy como Arquimedes, y una espada romana me saca de mis cavilaciones; y, a punto de descubrir el concepto me despierto ensangrentado.
A veces, solo a veces, me siento un glorioso Leónidas con sus trecientos espartanos esperando en el estrecho de las Termópilas con estoicismo heleno al poderío persa.
Y otras tardes se asemejan a la tarde en que Socrates bebió la cicuta con resignación.
Hay dias que siento, como alejandro, que lo que busco estará al otro lado de aquel rio; y hay dias que entiendo que son otros ríos los que nos separan.
A veces, torturado y hediondo, cuelgo de una cruz; y tambien soy Judas contando que los dineros sean treinta.
Soy Salomé pidiendo la cabeza de Juan el Bautista, y a la vez un Herodes condecendiendo gustoso al infinito capricho femenino.
Soy un rey britano, traicionado por su mujer y su amigo.
Soy un escriba duplicando a Aristóteles en un gris monasterio. Un villano de Salamanca, un pirata de las Azores.
Y son pocos los dias que me siento derrotado como napoleón en waterloo, otros soy esa aldea austríaca sin saber que le estoy dando alguna cifra a la posteridad.
A veces pienso que ni todos los libros del mundo pueden abarcarnos, otras veces estoy seguro que bastaría solamente (como dice Borges) pronunciar las secretas letras de nuestros nombres.
sábado, marzo 12, 2005
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2 comentarios:
lo hemos leido con gusto y se nos ocurrìa que deberìa llamarse "LUGARES COMUNES" o algo asì, porque a todos nos pasa lo mismo en la vida, y es bueno saber que uno no es un bicho por eso.
volve a subir la conciencia de la union delincuente.
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