Mi recuerdo de aquel día se limita a mostrar en su espectro la faz crónica que lentamente va perdiéndose en la agónica sucesión de tardes que lo imitan. Ha perdido los detalles la memoria como quien pierde uno a uno los motivos como quien ha olvidado los caminos que atravesó al recorrer su propia historia. Solo se olvidar, ser olvidado solo se pasar por la memoria de la gente ocupando un lugar que urgentemente borrará algún suceso del pasado. Si hubo entonces, perdido entre postales un árbol de piedra, un muelle, un espejismo y un amanecer que no va a ser el mismo que mañana se levantará con ese grave Itinerario que rige lo inconmensurable. Y yo, que como un urgente funebrero estoy condenado a sepultar febreros sin poderles celebrar sus funerales. Pues vendrá mañana un nuevo Tigre otro árbol, otro amanecer, otra poesía otro morir, otro renacer al tercer día otro febrero que fielmente olvidaré |
sábado, abril 16, 2005
El Tigre
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
Al que madruga...
Publicar un comentario